La accesibilidad en el deporte
En mis años de experiencia como deportista he visto y vivido en carne propia la evolución y la llegada de variados deportes paralímpicos y adaptados a nuestro país.
Empecé con el deporte a fines de los años 90, donde mi primera experiencia fue con el basquetbol en silla de ruedas, yo era muy joven y anterior a eso no había tenido contacto con el deporte, o con personas en situación de discapacidad, era un mundo nuevo para mí, dónde los chistes sobre discapacidad hechos por este colectivo eran tan comunes como graciosos (al menos para nosotros).
Fui muy bien recibido por los jugadores y empecé a tomarle el gusto a ese deporte. Con el tiempo vinieron algunos torneos y hasta algún viaje (mis primeros viajes) y a pesar de que no era muy bueno con la pelota, disfrutaba mucho los entrenamientos y los partidos, destacaba por mi velocidad en la cancha. Un par de años más tarde, el mismo club para el que jugaba me invito a participar en una carrera de calle y entonces empezamos con entrenamientos de largas distancias por la rambla, era hermoso ver tantos deportistas en sillas de ruedas recorriendo la costa, la gente nos quedaba viendo impresionada y alguno incluso nos aplaudía, claro no era nada común ver tantos deportistas con discapacidad entrenar por la rambla (eran otros tiempos).

Llego el día de la carrera, mucha gente en la largada, más de la que podía contar pero a nosotros nos tocó salir atrás de todos, durante la carrera empecé a pasar gente y a mis compañeros de equipo incluso al que se había alejado más y logre conseguir el segundo puesto en la categoría ganando la misma un atleta de otro club con una silla de ruedas que nunca había visto, era una silla de atletismo, la única en el país en ese momento, ver esa silla genero pensamientos en mi por varios días y me daba mucha ilusión volver a correr así que seguí participando en algunas carreras de calle hasta que el club decidió comprar dos sillas de atletismo, una fue usada por diferentes atletas por algunos años y la otra la usaba solo yo, con ella gane mi primer carrera y de ahí en adelante empecé a dedicarme solo a correr y dejé el basquetbol, el club me llevaba a todas las carreras y me conseguía las inscripciones para algunas, cada carrera era una fiesta y un nuevo desafío al menos así lo vivía yo, con el pasar de los años fui acumulando triunfos y empezamos a ganarnos nuestro lugar en estas competencias hasta que pasamos de ser los últimos en largar a ser los primeros como se hace actualmente.
Después de varias carreras (y algunos años) decidí tomarme este deporte más en serio y empecé a competir en pista, gente que conocí gracias a este deporte me dio una mano para tener las herramientas necesarias, como por ejemplo un entrenador que acepto trabajar conmigo de forma voluntaria y sin remuneración. Juntos fuimos a Argentina para aprender un poco sobre atletismo en silla, donde descubrimos que la silla que usaba no era del todo adecuada para competir en pista, cuando volvimos decidimos ponernos en campaña para conseguir una silla mejor, abrimos colectivos, difundimos el mismo, se organizó una carrera para juntar fondos y aun así no llegaba al valor de la silla por su elevado costo, hasta que una empresa se contactó y se hizo cargo del costo total de la silla. Cuando recibí la noticia no podía creerlo y la alegría era tanta que no me entraba en el cuerpo y tras 8 meses llego la tan esperada silla de atletismo, empecé a mejorar mi rendimiento y volví a viajar. Para competir en pista tenía y tengo que viajar si o si ya que en nuestro país lamentablemente somos muy poco los que tenemos sillas de carreras y actualmente soy el único con nivel competitivo, pero en las carreras de calle siempre nos encontramos con algunos compañeros y disfrutamos mucho poder correr juntos y disfrutar una jornada deportiva.
Actualmente soy poseedor de todos los récords nacionales en todas las distancias, he competido en Brasil, Argentina, Chile, Perú, Colombia, España, juegos Parapanamericanos, juegos Parasuramericanos, juegos Paralímpicos y cuando miro atrás y veo todo lo que logré, lo que me costó, la gente que me ayudó, la gente que conocí, los amigos que hice, el lugar que ganamos en el atletismo nacional tanto de calle como de pista porque vaya que hubo que ganar esos lugares para poder competir y entrenar sin problemas, veo todo eso y pienso que a pesar de que fue complicado, hoy hay más facilidades, más herramientas y más entrenadores con conocimiento de muchos deportes adaptados o paralímpicos que trabajan de forma voluntaria y me ilusiona mucho poder ver más personas en situación de discapacidad haciendo deporte de manera recreativa o competitiva, por salud, por superación personal o por tener una mejor calidad de vida.
Eduardo Dutra.