Las causas del sudor frío no son el frío, el calor o el esfuerzo.
También conocida como “diaforesis”, la sudoración fría es, en realidad, producto de la respuesta de “lucha o huida” del cuerpo, que existe para protegernos en situaciones de peligro.
Cuando nos sentimos nerviosos, ansiosos o amenazados, nuestra respiración y frecuencia cardíaca se aceleran naturalmente, enviando a nuestro cuerpo una "sobrecarga". Eso, a su vez, enciende nuestras glándulas sudoríparas para mantenernos frescos.
Podés sentir sudor frío simplemente con ver una película de terror. Pero si experimentás sudores fríos con regularidad, es una una señal que está manifestando tu cuerpo. Por lo tanto, es posible que quieras hablar con tu médico.
Si estás experimentando transpiración fría diaria o sudor frío nocturno, tenés que hacer una consulta con tu médico para determinar si existen otros síntomas y así encontrar la causa. Cuando el sudor frío se presenta con dificultad para respirar, piel pálida, mareos o sensación de debilidad, podría tratarse de una enfermedad o afección.
Cuando nos sentimos nerviosos, ansiosos o amenazados, nuestra respiración y frecuencia cardíaca se aceleran.