Sudoración nocturna: ¿Qué es exactamente? Recreación de la escena: suena la alarma. Levantas la cabeza de una almohada mojada. Las sábanas están empapadas. ¿Te suena? Entendemos tu problema. La sudoración nocturna es un fenómeno común; sin embargo, puedes evitar que arruine tu descanso nocturno. Para ello, antes de deslizarte entre las sábanas, toma nota de estos trucos imprescindibles.
No siempre. Aunque todo el mundo suda un poco mientras duerme, tus sábanas no deberían amanecer empapadas. Si alguna vez te has preguntado por qué sudas tanto por la noche, la respuesta posiblemente sea que estás sudando más de lo normal. No te asustes. Mucha gente sufre de sudoración nocturna. Y por motivos muy diversos. Así que no te preocupes; no eres la única persona a quien le pasa.
Aunque no hay ni una sola razón para empapar las sábanas, sí que te detallamos cinco causas comunes de la sudoración nocturna.
Lo creas o no, algunas de las medicinas más comunes sin receta médica producen efectos secundarios inesperados como la sudoración nocturna. Te pueden quitar el dolor de cabeza o muscular, pero también hacen descender la temperatura a la que se activan tus glándulas sudoríparas. Esto provoca una sudoración excesiva, incluso cuando parece que no haga tanto calor.
Una copa de vino puede ser un buen remedio a un día movidito, pero puede hacer que tus sábanas amanezcan empapadas de sudor. ¿Por qué? Sencillo. El alcohol dilata los vasos sanguíneos y ello hace que suba tu temperatura corporal y se de el pistoletazo de salida al ciclo de la sudoración.
Los cambios hormonales como la menopausia (y los sofocos que la acompañan) suelen ser una de las causas de la sudoración nocturna. Las hormonas del embarazo y el síndrome premenstrual (SPM) son otros de los culpables que aumentan tu temperatura corporal lo suficiente como para hacerte sudar por las noches.
Si el problema de la sudoración solo te pasa por la noche, tal vez debas reflexionar sobre qué hay en tu cama. Las colchas y sábanas pesadas confeccionadas en tejidos como el poliéster o la viscosa pueden hacer que te sientas dentro de un horno. No te sorprendas si amaneces con la ropa de cama empapada.
A veces, la sudoración nocturna puede ser un síntoma de una enfermedad llamada hiperhidrosis. Esta enfermedad afecta a las glándulas sudoríparas que segregan agua y puedes llegar a llenar cubos de sudor incluso sin tener calor. Si crees que sufres hiperhidrosis, consulta a tu médico.
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